...fueron unos 35 años los que procesioné por las calles de Zaragoza, tuve la ocasión de vivir momentos memorables, entrañables y muy familiares, precisamente eso fue un poco lo que ocasionó que lo dejara, el que al final me quedé más sólo que la una (aparte de otras muchas cosas)eso si, pude compartir ,sobre todo con mi padre y con mi hermano situaciones y cambios en la semana santa zaragozana que de alguna manera se reflejan en este libro, desde conocer al peculiarísimo y entrañable Domingo Figueras, hasta ser parte de un piquete para "remolcar" a la Piedad aquel año que pinchó una rueda, pasando por los tragos de agua con anís en botijo de don Julio, participar de la mesa petitoria en la plaza del Pilar, hacer "vela" al lado de los pasos, viacrucis eternos en el Santo Sepulcro etc,etc, siempre estarán ahí esos recuerdos, siempre buenos. Todo tiene su momento y su etapa en la vida afortunadamente. Para el que la haya vivido de una u otra manera de lo que hablo este libro nos recuerda los orígenes, el porqué de las celebraciones de esos días y es una guía de la semana santa de esta ciudad....recomendable..
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