es alarmante ver los ejemplos de estupidez humana que lee uno en estos días,la gente no se da cuenta del alcance que puede llegar a tener esta enfermedad y se lo toma a la ligera,es incomprensible,aquí algunos ejemplos que publica el pais.es
“Esta no es su casa”. Un ciclista, “un señor del año 42, 78 años”, equipado con “casco, guantes, mochila, luz...”. Se le preguntó que adónde se dirigía y dijo que vivía a 100 metros. Los agentes le acompañaron hasta su casa. “La última del pueblo que quedaba más cerca de donde fue interceptado”. Y cuando llegaron: “Había dentro una señora”. Al ser preguntada por los agentes: “¿Vive aquí este señor?”, la señora respondió: “Llevo en esta casa 60 años y no he visto a ese hombre en mi vida”. El señor llevó a los agentes a una casa que no era la suya, mintiendo a la desesperada. “Parece que esta no es su casa", le dijeron. En realidad, como comprobaron posteriormente, vivía a más de una decena de kilómetros de allí, y les confesó que había salido a hacer su ruta habitual con la bicicleta porque ya no aguantaba más en casa. La decisión, denuncia mediante, le puede costar entre 300 y 30.000 euros, según estime el caso la subdelegación del Gobierno de A Coruña, competente en el asunto.
Los “repartidores de prensa”. “El domingo por la mañana, a eso de las 9.00, un control dinámico [coches del instituto armado que circulan por las vías] detectó a tres personas en un vehículo que intentó esquivar a la patrulla”. Eran tres jóvenes, una chica y dos chicos, que al ser preguntados aseguraron que venían de “repartir la prensa”. Sin embargo, según cuenta el agente, no pudieron acreditar de ningún modo que ese fuese el motivo de su desplazamiento y de ir tres personas en un vehículo. “Sabe Dios de dónde vendrían”, dice el sargento, que asegura que en la mayor parte de los casos (un 95%, si no más), la gente sabe que está incumpliendo las medidas extraordinarias establecidas. “A estas alturas todos saben, ya no hay nada que explicar”, dice. Los jóvenes “fueron acompañados a sus correspondientes domicilios, en un pueblo cercano, y sancionados”.
Juntos al videoclub. Una pareja de mediana edad fue interceptada el sábado cuando aseguró que se dirigían a un videoclub de su pueblo para alquilar una película para pasar la tarde. “Sabían que debían de salir de uno en uno y que, además, alquilar una película no es un motivo que implique la necesidad de salir”. Fueron también sancionados.
El motorista que fue a comprar pan a 21 kilómetros. El pasado domingo, un control de la Guardia Civil ubicado en una zona de montaña, detuvo a un motorista que aseguró que iba a “comprar el pan”. Cuando le pidieron su documentación resultó que vivía a 21 kilómetros del lugar donde fue interceptado, y que no había podido comprar pan en ninguno de los cinco pueblos que había atravesado. Finalmente confesó: “Salí a comprar pan y de paso...”. Fue denunciado y escoltado hasta su domicilio.
El último peregrino del Camino. “Es el único peregrino que hemos encontrado, no hay nadie en el camino”, asegura el sargento. Se trata de un hombre de unos 40 años, con solo una bicicleta. “No tenía nada, ni equipaje, ni dinero y apenas hablaba español”, recuerdan. Fue conducido hasta el pueblo más próximo, Lalín (Pontevedra) donde el Ayuntamiento le ha dado cobijo en un albergue donde deberá permanecer hasta que acabe el confinamiento. “Salió de Francia un buen día y el coronavirus le pilló en el camino, debe de ser el último peregrino desde que empezó la pandemia”.
En busca y captura. El domingo los agentes detuvieron a un hombre de mediana edad que “se encontraba en busca y captura”. Salió para comprar algo de comer y al ser identificado saltó el requerimiento, tenía un largo historial delictivo y llevaba mucho tiempo escondido. El juez decretó su ingreso en prisión.
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