esbozo una triste sonrisa que contiene algo de nostalgia al ver cómo está ahora mismo lo que fue la meca del juguete contemporáneo para muchos de nosotros a las afueras de Zaragoza,las innumerables excursiones con mis hijos y con un buen amigo que ya no está para conocer las novedades, rescatar alguna pieza o simplemente cotillear y jugar.Rcuerdo perfectamente ver disfrutar a mis hijos en las casetas de plástico que ponían en el exterior asi como darle vida a los coches, bicis y triciclos en los que se podían montar dentro, utilizar innumerables veces la tarjeta "toysrus" Y envolver multitud de juguetes en las mesas de la salida ,la vida avanza, y las cosas cambian ,pero hay cosas que no deberían de cambiar nunca.
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