miércoles, 12 de abril de 2023

la condena popular a "fatty"

 

que ha quedado en la memoria,aunque fuera declarado inocente por tres veces

fuente vanity fair:


"Da igual el tiempo que pase, y ya han pasado casi cien años. Cada vez que un escándalo sexual sacude los cimientos de Hollywood, su nombre sale a relucir. Fatty Arbuckle. Roscoe Conkling Arbuckle, conocido artísticamente como “Fatty”, “Gordito”, por su figura oronda. La estrella del cine mudo que en septiembre de 1921 fue juzgado por el asesinato de la actriz Virginia Rappé.

Que resultase absuelto tras tres juicios parece hoy un detalle sin importancia. Que lo que ha permanecido en la memoria popular sea una amalgama de rumores y mentiras amplificados por una casi recién nacida prensa amarilla, también. La mezcla de crimen, sexo y Hollywood es un material demasiado poderoso para permitir que la realidad nos arruine la historia.

El 5 de septiembre de 1921, en el fin de semana del día del trabajo, una de las festividades que vertebran el calendario estadounidense, “Fatty” organizaba una fiesta en la planta 12 del glamuroso Westin St Francis de San Francisco. El cómico, que celebraba haberse convertido en la primera estrella que firmaba un contrato de un millón de dólares, había reunido a un puñado de amigos de la farándula y se había garantizado abundante provisión de drogas y alcohol. Que nos hallásemos en plena Ley Seca no era un problema para una luminaria de Hollywood bien relacionada.

El champán y los cócteles de vodka y naranja se derramaban por las habitaciones mientras hombres y mujeres se contoneaban al ritmo del gimmy, el baile de moda. Y entre esas mujeres bailaba una para la que esa noche iba a ser la más trágica de su corta vida: Virginia Rappé, de 25 años.

Rappé, que había modificado su apellido Rapp, buscando cierta elegancia chic para acabar convirtiéndolo en un epitafio macabro (Rape, en inglés significa violación) , había logrado una pequeña fama como modelo en San Francisco lo que provocó que Hollywood, hambriento de caras frescas, y si eran de mujeres jóvenes mejor, volviese sus ojos hacia ella y la incluyese en varias de sus producciones. Y en una de ellas, había conocido a ese alegre y despreocupado anfitrión que en un momento de la noche, según contaron algunos testigos, se la llevó a su suite al grito de “por fin, lo que llevaba esperando tanto tiempo”.

Lo siguiente que recordaban los beodísimos invitados son sus gritos desesperados. Dentro de la habitación Virginia aullaba de dolor con la ropa desgarrada. Su acompañante, Bambina Maude Delmont, entró en la habitación. Rappe gritaba que se estaba muriendo y pedía que el actor se alejase de ella. Fatty sostenía entre sus manos un trozo de hielo. Alguien llenó la bañera para refrescar a la actriz y el médico del hotel dictaminaba que Virginia sólo estaba ebria.

Cuatro días después fallecía en el hospital, el diagnóstico: su vejiga había reventado.

Si alguien trató de frenar el escándalo no lo consiguió. La prensa se volvió loca, había descubierto lo atractivos que resultaban para el público los dramas de las estrellas y no pensaban dar tregua a su presa. Si hasta entonces los astros del recién nacido Hollywood habían sido intocables, en esta ocasión no iba a pasar lo mismo.

Los periódicos de William Randolph Hearst, el Ciudadano Kane de Welles, que por entonces mantenía un romance con una joven actriz y deseaba mantener el foco lejos de sus propia figura, azuzaban al público con detalles escabrosos no demasiado fiables. El propio Hearst reconoció que nada, ni el hundimiento del Lusitania, que había provocado la entrada del Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial les había hecho vender tantos periódicos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario