lunes, 19 de marzo de 2018

"We shall fight on the beaches"


..maravillosa mega vitola de puro,digna del mismísimo Winston,que aparece sonriente después de recibir el premio nobel en 1953.....

"El jueves, 15 de octubre de 1953, el primer ministro británico, Winston Churchill (1874-1965), recibía con satisfacción y ligera ironía el premio Nobel: “Confió en que habrá habido imparcialidad en el juicio de la Academia sueca”. El sábado anterior, el estadista en calidad de presidente del Partido Conservador, ante los cuatro mil delegados del congreso anual, les había confesado emocionadamente “si deseo seguir en mi puesto, a mi edad, no es por amor al poder y a los cargos: estoy ampliamente saciado de ambas cosas”.

Era cierto. Churchill había ocupado múltiples cargos en su larga trayectoria política; entre todos ellos, destacan: ser miembro del Parlamento durante medio siglo, dos veces Lord del Almirantazgo, canciller del Exchequer y dos veces jefe del Gobierno. La primera vez, desde 1940 hasta 1945, durante la Segunda Guerra Mundial, había encarnado el espíritu de resistencia y la fe en la victoria ante la Alemania nazi, sobre todo en los primeros seis meses de la contienda cuando el derrotismo era palpable en muchos británicos.

Los historiadores le atribuyen haber sido un líder vigoroso y eficaz; el mejor estadista británico del siglo XX. Tenía una gran capacidad para seducir e influir tanto en la Administración como en sus conciudadanos. Dotado de un entusiasmo, determinación y optimismo excepcional, su ingenio era proverbial – en una reunión de su gabinete, cuando la Unión Soviética y los Estados Unidos todavía no habían entrado en guerra y Gran Bretaña era el único país que resistía la embestida nazi, comentó: "Bien, señores, estamos solos. Por mi parte, encuentro la situación en extremo estimulante."
 
Poseía una aguda intuición estratégica que puso de manifiesto ante las contiendas mundiales y la guerra fría. Cuando, en octubre de 1911, fue nombrado Lord del Almirantazgo, consciente del poderío naval alemán, se dedicó a reforzar la flota británica –cambiando el carbón por petróleo como combustible e instalando en todas las unidades cañones de gran calibre. Apenas cuatro años más tarde, cuando estalló la guerra, la Royal Navy estaba bien preparada para la batalla, pero tuvo que dimitir del cargo, en abril de 1915, por el fracaso del intento de apoderarse de los Dardanelos, que el aprobó.

Sin embargo, fue durante la Segunda Guerra Mundial cuando la personalidad de Churchill brilló más alta. Fue el único que discrepó de la política de apaciguamiento de Neville Chamberlain ante Hitler y denunció la inutilidad de la Conferencia de Munich de 1938. Desde su nombramiento como primer ministro ejerció el liderazgo admirablemente, viajando a todos los frentes, elevando la moral de la tropa y proponiendo planes a los comandantes. Forjó una sólida alianza con Estados Unidos –y amistad personal con el presidente Franklin D. Roosevelt, intuyendo que tras la incuestionable victoria aliada el enemigo sería el comunismo –él mismo, en 1946, popularizó el término telón de acero para referirse a la situación de Europa del este.

También sus magistrales discursos –y así lo reconoció la Academia sueca- lo sitúan entre los grandes oradores de la historia. Siempre se recordará el que pronunció, en la primavera de 1940, en la Cámara de los Comunes: “Vamos a seguir hasta el final. Nosotros lucharemos en Francia, lucharemos en los mares y océanos, lucharemos en el aire, defenderemos nuestra isla, sea cual sea el coste. Lucharemos en las playas, lucharemos en los campos de aterrizaje, lucharemos en los campos y en las calles…”  o su conmovedora arenga, poco después de ser nombrado primer ministro el 10 de mayo de 1940, en la que afirmó no poder ofrecer más que "sangre, sudor y lágrimas".

El interés por el periodismo y la literatura fue una constate en su vida. Churchill trabajó como corresponsal de guerra, cubriendo la rebelión cubana contra España (1895), y las campañas británicas en la frontera noroeste de la India (1897) y Sudán (1898). Durante la guerra Boer (1899) en Sudáfrica, enviado por Morning Post, fue hecho prisionero, pero su audaz fuga recorriendo más de 400 kilómetros hizo de él un héroe popular. A los 26 años ya había escrito cinco libros. Siguió escribiendo biografías –destacan las de sus antepasados, los Malbouroughs . Tras su amarga derrota en las elecciones de julio de 1945, comenzó a escribir sus memorias personales, especialmente centradas en las dos guerras mundiales.

A continuación encontrarán la selección, realizada especialmente para un número reducido de periódicos de todo el mundo, de las Memorias de Winston Churchill sobre la Segunda Guerra Mundial. La Vanguardia las publicó en seis entregas entre abril de 1948 y diciembre de 1953.  Los 253 capítulos proporcionan una visión global del gran conflicto bélico del siglo XX, desde el testimonio de uno de sus grandes protagonistas. Privilegiado en la utilización de fuentes y archivos. Dotado de una prosa clásica y vivaz, con un tono ponderado y analítico, Churchill se hizo acreedor del Nobel de Literatura. Junto a la gloria y las distinciones como estadista  sumó la gloria literaria. "
fuente : la vanguardia.com
gracias a mi bro por acordarse y conseguirmela....maravillosa

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