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Seicho Matsumoto nos sumerge en una trama cuya atmosfera japan siempre es única....
"seicho Matsumoto (1909-1992) fue un prolífico escritor japonés. Nacido en la ciudad de Kotura, no recibió una educación formal, empezó a trabajar como periodista en Asahi, uno de los periódicos más importantes de Japón. Comenzó a publicar cuando ya tenía más de cuarenta años, pero su carrera literaria no despegó hasta su segundo libro, cuando recibió el premio Akutagawa por Historia del diario de Kokura (Aru Kokura-nikki den). El expreso de Tokio se publicó por entregas en una revista en 1958 y obtuvo un éxito inmediato, su reedición en forma de libro lo convirtió en uno de los mayores best sellers de la posguerra japonesa. Matsumoto está considerado uno de los principales escritores japoneses de novela negra."fuente:traficantes.net
"Entre sus inicios en 1945 y su cierre en 1986, la Editorial Bruguera publicó una cantidad enorme de lo que por entonces se conocían como tebeos. En sus páginas, personajes como Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape, las hermanas Gilda, el Repórter Tribulete, 13 Rue del Percebe, Doña Urraca y otros cobraban vida para los lectores, pero, salvo alguna excepción, sus verdaderos creadores no fueron nunca poseedores de los derechos de estos personajes.
El contrato que firmaban con la editorial incluía una cláusula en la que se reconocía la autoría de ellos a Francisco Bruguera, fundador de la empresa, que amablemente «los cedía para que los dibujantes hicieran las historietas», que también eran propiedad de la editorial. Por ello la gran mayoría de los autores nunca pudieron recuperar ningún original.El pasado mes de mayo comenzaron las obras de desmantelamiento y demolición de las antiguas rotativas del Grupo Zeta, de la que la extinta editorial formaba parte con el nombre de Ediciones B antes de su cierre. En los sótanos del edificio se acumulaban abandonados miles de estos originales, y los hijos y nietos de los dibujantes de Bruguera han reclamado durante años la devolución de los mismos.Los únicos que han recuperado parte de sus originales han sido Francisco Ibáñez, al que le devolvieron unos cuantos pertenecientes a la historieta El sulfato atómico de Mortadelo y Filemón tras una exposición sobre su obra en el Salón del Cómic, y Jan, que consiguió recuperar los primeros álbumes de Superlópez y una pequeña parte de Pulgarcito, gracias a Julia Galán (responsable del archivo de Ediciones B) y Miquel Pellicer (director de revistas infantiles de la editorial). El resto de dibujantes no han tenido tanta suerte.
El conocido Jordi Bernet, dibujante de Torpedo 1936, es hijo de Miquel Bernet, creador de Doña Urraca para Bruguera. Jordi ha contado que, tras el fallecimiento de su padre en 1960, él mismo tuvo que sustituirle con solo 15 años, y desde entonces ha estado reclamando la devolución de todo el material dibujado por su padre sin haber recibido más que una pila de páginas partidas por la mitad que iban a tirar para hacer sitio, y otras que consiguió comprándoselas a un trabajador de Bruguera cuando, durante los últimos años de la editorial, no se les pagaba.
Sergi Escobar es otro de los herederos que lleva décadas intentando recuperar el material de su abuelo, el creador de Zipi y Zape, Carpanta o Petra, criada para todo. Tras ganar un juicio contra el Grupo Zeta, la familia recuperó los derechos de Carpanta y Zipi y Zape, pero solo del material publicado a partir de 1987.
Prensa Ibérica, el grupo editorial que adquirió Grupo Zeta en 2019, es el actual propietario de los archivos de Bruguera. La Generalitat, a través del Museu Nacional d’Art de Catalunya, ha llegado a reunirse con un directivo de Prensa Ibérica para transmitirle su ofrecimiento para conservar, proteger y difundir el fondo editorial, pero por el momento no han recibido respuesta alguna más allá de que lo valorarían. Los hijos y nietos de los artistas consideran que, en caso de realizarse la cesión de los originales al Museu, deberían ser ellos quienes lo hicieran.
La Asociación de Autoras y Autores Profesionales de Cómic (APCómic) ha emitido un comunicado en el que declaran su apoyo a los herederos de los dibujantes de Bruguera. Aprovechando el comunicado, reclaman la implicación de autoridades e instituciones competentes para mediar en la resolución del conflicto sobre «parte del patrimonio histórico-cultural de nuestra sociedad»."